Oviedo, el corazón del Paraíso Natural
El corazón de Asturias está en Oviedo. A su limpieza y hospitalidad se une la climatología y su patrimonio histórico y natural. Razones sobran para visitar la capital. La desestacionalización del turismo es evidente en el Principado. Inviernos suaves y veranos que apenas superan los treinta grados hacen de Oviedo uno de los destinos preferidos para los que huyen de olas de calor o desplomes de temperaturas. Estas condiciones meteorológicas atesoran un patrimonio natural único en España, un Paraíso para el senderista, el montañero o el enamorado de playas agrestes, sin bullicios ni saturaciones, calas seguras en estado puro a menos de una hora en coche.

Es la naturaleza uno de los grandes orgullos para los asturianos, que se traduce en una magnífica conservación del territorio. Asturias es la comunidad autónoma uniprovincial con más Reservas de la Biosfera de todo el territorio español: siete: El Parque Nacional de los Picos de Europa; el río Eo, Oscos y Terras de Burón; el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias; el Parque Natural de Somiedo; el Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa; el Parque Natural de Redes y el Parque Natural de Ponga.
El Parque Nacional de los Picos de Europa fue el primero de España y uno de los primeros del mundo, cuando recibió la declaración como Parque Nacional de la Montaña de Covadonga en 1.918. Además, es uno de los más grandes y visitados de España. En él se encuentra el hito fundacional del Reino de Asturias, Covadonga; el Picu Urriellu o Naranjo de Bulnes y Torrecerredo, que con 2.648 metros de altitud, es uno de los techos del Cantábrico. La Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Terras de Burón es memoria viva del campo y el marisqueo en la ría del Eo, con rutas de naturaleza por ríos, cascadas o molinos de agua, una joya etnográfica. Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias conforman otro de los grandes Parques asturianos, con el bosque de Muniellos, el mayor robledal albar de toda Europa, como núcleo de una zona espectacular de pronunciados relieves.


Las brañas y lagos de Somiedo, a algo más de una hora de Oviedo, han convertido a este Parque Natural en uno de los más visitados en Asturias. Cuna de los vaqueiros de alzada, grupo étnico y cultural trashumante, el contacto con la naturaleza más agreste está aquí garantizado, al igual que en el Parque Natural de Redes, reserva de los embalses que nutren de agua potable a gran parte de Asturias y venero de paisajes únicos como la braña de Brañagallones, el bosque de Redes o el lago Ubales.
Las cascadas de Xiblu, desfiladeros como el que el río Val de Sampedro forma en la zona de Cueva Huerta, el Parque de la Prehistoria o el Museo Etnográfico de Quirós son algunos de los atractivos del Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa, refugio de osos, urogallos o lobos, ejemplos de fauna autóctona. Los hayedos, como el de Peloño, son uno de los mayores reclamos del Parque Natural de Ponga, con bellas rutas como la del Picu Pierzu, la de Valle Moru, la Senda del Cartero o la Foz de los Andamios.

Oviedo atesora casi 600 zonas verdes, más de dos millones de metros cuadrados de parques y jardines, rutas perfectas para el senderista o la práctica de deportes como el ciclismo o el running.
Abrazando la ciudad se encuentra el monte Naranco, unos cinco kilómetros de extensión que tienen en El Pico Paisano es su cota más alta: 632 metros de altura. En la cima se encuentra una de las esculturas más visitadas y significativas de Oviedo: Sagrado Corazón de Jesús, visible desde prácticamente cualquier punto de la capital, una imagen que parece abrazar la ciudad. El Naranco es para muchos ovetenses un monte totémico, naturaleza a dos pasos del asfalto con una panorámica única y dos joyas del Prerrománico asturiano: Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. La pista Filandesa es uno de los trazados más frecuentados para recorrer esta zona y contemplar la ciudad desde una de las mejores perspectivas.
El Parque de San Francisco es el pulmón verde de Oviedo, 90.000 metros cuadrados en los que crecen casi mil árboles, algunos de siglos, en pleno centro de la ciudad. También en el corazón de la capital, concretamente junto a la Catedral, arranca el Camino de Santiago. La primera etapa finaliza en el vecino concejo de Grao, pasando por Las Regueras y zonas rurales de Oviedo como San Lázaro de Paniceres, Llampaxuga o Loriana.
Otra de las rutas más conocidas es la Senda de Fuso de la Reina, final de este trazado que arranca en el Parque de Invierno y suma casi ocho kilómetros de recorrido indicado para senderistas, ciclistas y caminantes en general ya que se trata de una senda asfaltada y con poca pendiente. Esta travesía discurre por la antigua vía de ferrocarril y, de hecho, en el camino está la antigua estación de La Manjoya. En el último tramo quedan restos de antiguos molinos y el bosque de ribera. La senda concluye en la antigua estación de tren de Fuso de la Reina, localidad que cuenta con un apeadero de tren y que permite volver a Oviedo sin necesidad de rehacer el trayecto por el Parque de Invierno, una de las zonas verdes más grandes de Oviedo, con más de mil metros cuadrados y unas espectaculares vistas a la sierra del Aramo. Este parque alberga varios equipamientos municipales como el Palacio de los Niños, las piscinas de San Lázaro, un laberinto formado por 650 laureles, una típica quintana asturiana, formada por una casona y un hórreo, y una pista de skate.


Los Meandros del Nora
Los meandros que forma el río Nora son un monumento natural, un trazado de gran belleza al que se une un bosque de castaños junto a su cauce. Quien lo recorra encontrará la iglesia prerrománica de San Pedro de Nora o la presa del Furacón.
Las cascadas de Guanga configuran uno de los parajes naturales más bellos del concejo de Oviedo, en la bajada del arroyo de Buanga, hacia el río Trubia. Los saltos de agua se localizan San Andrés y son la puerta de acceso a los Valles del Oso. De hecho desde aquí se puede acceder a la Senda del Oso, una de las grandes rutas ciclo turísticas de Asturias. La de las Cascadas comienza y termina en el antiguo lavadero de San Andrés de Trubia.
